COLUMNA

Enrique Zárate: la oportunidad de cambiar la historia.

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Por: Román de la Cruz.

La reforma laboral que se dio desde el 2019, luego de un acuerdo entre el Gobierno Federal, empresarios y representantes de los trabajadores, se aprobó el abril en la Cámara de Diputados y en el mismo mes en el Senado y entró en vigor en el 2020, unos días antes de que también entrara en vigor el tratado comercial entre Estados Unidos, México y Canadá.

Esta reforma fue impugnada por varios sindicatos quienes la calificaron de inconstitucional y que, por supuesto se vieron amenazados en su interés, sin embargo, la Segunda Sala de la Suprema Corte negó cuatro amparos y con ello declaró, por unanimidad la constitucionalidad por lo que fue publicada por el Gobierno Federal.

Recordemos que fue impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador para la promoción de la libertad y democracia sindical; además del combate a la corrupción, obliga a elegir a sus dirigentes mediante el voto directo y secreto de todos los agremiados, y permite a los trabajadores negarse a descuentos de su salario para el pago de la cuota sindical, cosa que obviamente no gustó a los líderes sindicales, quienes actualmente son los dueños del contrato colectivo de trabajo según el sector que represente, que, además, obliga a los líderes sindicales a rendir cuentas, cosa a la que no están acostumbrados.

Como todos sabemos la historia de los sindicatos en México está llena de claroscuros, escándalos de corrupción, encarcelamientos, enriquecimiento inexplicable de algunos líderes y en las últimas décadas los sindicatos se convirtieron en aliados políticos de partidos y candidatos, todo esto los llevó a perder la capacidad de representación legal y moral ante los patrones y quienes perdieron fueron los trabajadores, pues fueron víctimas del abuso y de muchas injusticias.

En este contexto de reformas, hoy vale la pena mencionar el nacimiento del Sindicato Nacional de Trabajadores de Petróleos Mexicanos, Empresas Subsidiarias y Filiales, que fue constituido el 18 de marzo del 2021, representado por Jorge Enrique Zárate Castillo, quien es originario de Veracruz, pero desarrolló su experiencia durante 37 años en la sonda de Campeche.

La bandera de este dirigente y el sindicato, es la confianza, la transparencia y la honestidad entre sus afiliados que son ya siete mil, además propone otras formas de apoyar a los trabajadores y sus familias, como la implementación de proyectos productivos, la creación de una universidad del petróleo, el rescate ambiental de zonas afectadas por la actividad petrolera, banderas que nunca tuvo Carlos Romero Deschamps, quien fuera en su momento un líder poderoso de los trabajadores petroleros en el STPRM y que podría enfrentar a la justicia mexicana acusado de varios delitos, claro si es que estos se comprueban.

Jorge Enrique Zárate Castillo, tiene una gran oportunidad, si hace valer los postulados de este nuevo Sindicato Nacional de Trabajadores de Petróleos Mexicanos, Empresas Subsidiarias y Filiales, puede ayudar a cambiar la historia del sindicalismo mexicano.