Internacional

La nueva reorganización mundial: América Latina, Estados Unidos y el nuevo concierto de las naciones

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La potencia mundial, Estados Unidos, se encuentra en decadencia y una reconfiguración mundial es eminente. ¿Qué papel jugarán América Latina, Estados Unidos y los otros países?

Corren tiempos difíciles y a la vez trascendentales, estamos ante la reconfiguración de un nuevo orden mundial que reta al surgido tras el colapso de la Unión Soviética y la finalización de la Guerra Fría.

En la actualidad, Estados Unidos es una potencia en decadencia –la primera y quizá única con real envergadura global, según el geoestratega más importante del siglo XX, Zbigniew Brzezinski-, la cual está intentando recuperar los espacios que dejó tras el desastre que representó la guerra librada en Irak y Afganistán. Espacios que ocuparon, por cierto, China y Rusia.

La visita de Alberto Fernández a China y sus reuniones con Xi Jinping y Vladimir Putin arrojaron un mensaje contundente: El ofrecimiento de que Argentina sea la puerta de entrada de Rusia a América Latina es evidencia de la existencia de un planeta multipolar y no ya el de la superpotencia hegemónica Norteamericana de finales del siglo XX.

Es menester mencionar también que China ha desplazado a Estados Unidos como principal socio comercial en países como BoliviaBrasilChileVenezuelaPerú y la misma Argentina que además, se sumó a la nueva Ruta de la Seda, la cual tiene presencia en casi todo el planeta y está compuestas por 140 países.

La Western Hemisphere Security Strategy Act of 2022 presentada por el Senador Marco Rubio y Bon Menéndez, con el objeto de detener “las actividades malignas de actores estatales como China y Rusia— (que) presentan riesgos para la seguridad nacional de EE.UU.” En palabras de Marco Rubio “No hay mayor amenaza en nuestra región que la creciente intromisión de Rusia y China en latinoamérica y el Caribe”.

Dicha iniciativa es un reflejo claro de la hipocresía de Estados Unidos, un país que sí puede interferir e intervenir en otras latitudes, hacer guerras, realizar bloqueos económicos, pero no permite que otras potencias puedan tener intereses en el que, históricamente, ha sido su patio trasero o delantero, como aseguró el mismísimo Biden.

De fondo y lo que en verdad importa, es que, en pleno siglo XXI, Estados Unidos sigue viendo a América Latina desde la óptica de la Doctrina Monroe -la que surgió, por cierto, como respuesta a la conformación de la Triple Alianza en Europa-; basta nada más leer a Marco Rubio sobre la iniciativa Western Hemisphere Security Strategy Act of 2022: “Este proyecto de ley reconoce la importancia geopolítica de América Latina y el Caribe y garantiza que el Secretario de Estado y el Secretario de Defensa se comprometan con nuestros aliados en la región para promover los intereses nacionales de Estados Unidos”. América para los Americanos.

Evidentemente Estados Unidos no renunciará a la hegemonía que tiene en el planeta de manera pacífica, es por ello que decidió salirse de Afganistán para concentrarse en China, por otro lado, los países que se sienten con alguna posibilidad, tal vez no de tomar el relevo de superpotencia, pero sí hacerle frente, tampoco lo harán de manera sosegada, por ello, estamos en la real posibilidad de que América Latina se convierta en uno de los teatros de confrontación de esas súper potencias y vuelvan los golpes de Estado patrocinados por Estados Unidos, las guerrillas promovidas por los rivales de la potencia norteamericana, escaladas militares, una nueva crisis de los misiles, todo lo que ya vivimos durante la Guerra Fría.