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Salvador Cabañas, el sobreviviente de un balazo en la cabeza, cumple 40 años

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Luego de aquel disparo en la cabeza que lo obligó a desprenderse de su faceta como futbolista, Salvador Cabañas se aferró a la vida para sobrevivir y hoy poder celebrar sus 40 años de vida.

Chava nació el 5 de agosto de 1980 en Itauguá, una ciudad ubicada a 30 kilómetros de Asunción, capital de Paraguay. Sus primeros pasos como profesional los dio junto a su hermano en el club 12 de Octubre de su país, con el que debutó en 1998. Después pasó por el Guaraní, y tras demostrar su olfato goleador en ambos clubes, emigró al balompié chileno para el Audax Italiano, en donde comenzó a llamar la atención del futbol azteca.

En 2003, los Jaguares se encargaron de traerlo a territorio mexicano y así comenzó la destacada carrera de El Mariscal. Además de obtener el título goleador del Clausura 2006, su potencia física y certeza dentro del área lo llevaron a convertirse en el máximo anotador del club de Chiapas, ya que en tres años realizó 61 tantos (59 en Liga y dos en torneos internacionales).

Cabañas era ese futbolista que podía echarse a los hombros a un equipo y sacarlo adelante, esto era lo que el América de 2006 necesitaba y por eso lo incorporó a sus filas ese mismo año.

En una época en donde los trofeos escasearon en Coapa, el atacante guaraní hizo goles y sacó victorias que le permitieron a las Águilas salir a flote en Liga. Sin embargo, una de sus mejores actuaciones se recuerda en la Copa Libertadores, cuando detonó el Maracanazo, del 7 de mayo de 2008.
Durante la ida de los cuartos de final, los azulcremas cayeron por 2-4 ante el Flamengo en el Estadio Azteca. Para la vuelta en Brasil, el paraguayo abrió el marcador al minuto 20, luego Enrique Esqueda hizo la segunda anotación mexicana (38’), pero el criterio del gol de visitante aún dejaba fuera al América.

A los 77 minutos, Chava puso el 3-0 con un tiro libre que le dio el pase a su equipo a cuartos en el Estadio Maracaná.

Lo que era una carrera en ascenso, con miras al Mundial de Sudáfrica, se truncó la madrugada del 25 de enero de 2010, cuando en los baños del centro nocturno Bar Bar, en la Ciudad de México, el narcotraficante José Jorge Balderas, El JJ, le dio un tiro en la cabeza con una bala calibre 25. Ese día el futbolista fue intervenido quirúrgicamente y, tras 36 días hospitalizado, fue dado de alta.

La vida no fue la misma. El precontrato que tenía con el Manchester United se cayó, las amistades poco a poco se ausentaron, y llegaron las maniobras por estafarlo, dejándolo en un mundo diferente al que ya se había acostumbrado.

Intentó retomar el futbol dos años después de su accidente, jugando para clubes de categorías menores en su tierra natal, aunque nada fue igual.
El accidente lo llevó a su lugar de origen, Itauguá, en donde comenzó a hornear y vender pan junto a sus padres, para sacar algunas monedas.

Después regresó a México para convertirse en asistente técnico de los Cafetaleros, que desde 2019 juegan en Tuxtla Gutiérrez. La estancia de Chava fue momentánea, pues a inicios de este año regresó a Paraguay para arreglar problemas legales, en donde hoy se mantiene sobreviviendo a la bala que le cambió su carrera en el futbol, y que poco a poco le está quitando la posibilidad de ver.

A sus 40 años, Cabañas aún es recordado en el futbol mexicano como uno de los mejores delanteros que tuvo el América.

AGENCIAS/EL EDÉN MX