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¿Sabes por qué se descansa los domingos?

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AGENCIAS

El descansar en domingo no siempre ha existido. En realidad, es un invento muy reciente, si se compara con el tiempo que lleva existiendo la humanidad. Se cree que fue hace mil 700 años cuando se adoptó esta costumbre.

Todo empezó el 7 de marzo de 321, un milenio, siete siglos y una semana atrás, en ese entonces, las semanas ya tenían siete días, aún no se sabe por qué en ese lapso de tiempo, pero se piensa que fue concebida hace 4 mil años, cuando los mesopotamios resolvieron el problema de dividir el mes en períodos más cortos.

La idea se extendió particularmente después de que la cultura babilónica se convirtió en la dominante alrededor del siglo VI a.C. Pero ¿qué tiene que ver esto con los mingos? Pues bueno, no te impacientes.

Siglos después, los romanos nombraron los días en honor a sus dioses y los organizaron de acuerdo con un elaborado sistema de horas planetarias según el cual cada hora del día estaba gobernada por una deidad.

En las lenguas que derivan del latín, los nombres aún mantienen cierta conexión con eso: lunes, martes, miércoles, jueves, viernes… ¿Y qué pasa con sábado y domingo? En realidad el sábado empieza como Saturno, pero viene de la palabra hebrea sabbat de los judíos. Domingo también tiene raíces religiosas, sólo que más reciente.

Un acuerdo
El 7 de marzo de 321, el emperador romano Constantino el Grande emitió un edicto declarando que el domingo tenía que ser el día de descanso, todos magistrados y las personas que residan en las ciudades debían relajarse y todos los talleres cerrar. Esto fue porque estaba también asociado con el culto del Sol Invicto, que aparecía hasta en sus monedas, aunque hoy se le recuerda como el primer emperador cristiano.

Pero eso no fue todo, sino que esta decisión también tuvo un rumbo político, ya que había cristianos en todo el imperio que dedicaban el domingo al culto religioso y la mayoría de no cristianos consideraban el domingo como un día especial pues era usualmente el día de pago.

Posteriormente, Constantio tomó más políticas para tener a todas las partes contentas e instauró que “los cristianos no debían judaizarse descansando en el sábado, sino trabajar en ese día”.

Quienes no obedecieran serían considerados “anatema”, es decir, que serían maldecidos, excluidos y rechazados como miembros de la comunidad. Con el cambio de celebración de sábado a domingo se adoptó un nuevo término, “el día del Señor” o Dies Dominicus, de ahí la palabra “domingo”.