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Lozoya va a la cárcel por riesgo de fuga; ya duerme en el reclusorio Norte

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AGENCIAS

Emilio Lozoya pasó su primera noche en el reclusorio Norte de la CDMX, en un área donde también están Javier Duarte, Juan Collado y Jorge Luis Lavalle, luego de que el juez de Control Artemio Zúñiga Mendoza le decretó la prisión preventiva justificada, vinculado a los delitos de cohecho, uso de recursos de procedencia ilícita y asociación delictuosa.

La FGR solicitó el cambio de las medidas cautelares a su testigo colaborador al advertir que hay riesgo de fuga, pues se le detectó una cuenta bancaria con dos millones de euros y una red de familiares en el extranjero que pueden ayudarlo a huir.

Además, el Ministerio Público Federal (MPF) advirtió al juez de Control sobre el riesgo de que Lozoya Austin pueda evadir la acción de la justicia debido a que se le encontró una cuenta bancaria con 2 millones de euros; además de contar con una red de familiares y amigos viviendo en el extranjero, que le pueden ayudar a huir, entre ellos su esposa, Marielle Helene Eckes, quien reside en Alemania.

Lozoya compareció ante un juez para solicitarle una nueva prórroga de dos meses para presentar evidencias de que 17 personas recibieron sobornos de Odebrecht, pero sólo le concedió uno, tras lo cual el fiscal y los epresentantes de Pemex y de la UIF pidieron encarcelarlo. Incluso mostraron su foto en el restaurante Hunan, al considerar que mostrarse así fue “una provocación a las instituciones públicas”.

Lozoya y su primera aparición pública en juzgados

A las 9:10 horas arribó a la reja de ingreso al Centro de Justicia Federal, del reclusorio Norte, una camioneta Tahoe, color negro, con placas RDU-492-C, con Lozoya Austin; su madre, Gilda Margarita Austin y Solís, y su equipo de abogados, encabezado por Miguel Ontiveros.

El litigante bajó del vehículo para abrirse paso entre representantes de medios de comunicación, hasta llegar con los policías auxiliares que controlan el ingreso, a quienes les explicó que llegaban personas que iban a participar en una audiencia.

La respuesta de uno de los vigilantes fue contundente: los interesados deben ingresar a pie. Ontiveros regresó a la camioneta, explicó la situación, y fue cuando Lozoya bajó de la camioneta, con un rostro de preocupación, vistiendo un saco azul y pantalón negro, para caminar hacia la puerta; de inmediato, cámaras y micrófonos se arremolinaron sobre el testigo, en su primera aparición pública para ingresar a un juzgado, lo que logró entre empujones y sin hacer declaraciones.

Inicialmente la audiencia estaba convocada para que Lozoya Austin solicitara al juez Zúñiga Mendoza una sexta prórroga para presentar evidencias, antes del cierre de investigación complementaria en el caso Odebrecht, en el que señaló a otras 17 personas como participantes en el manejo del soborno, para la aprobación de la reforma energética del gobierno de Enrique Peña Nieto y la obtención de contratos por parte de Pemex.

La defensa solicitó 60 días para reunir más evidencias, en particular la declaración del exdirector de Odebrecht México, Luis Alberto de Meneses Weyll, pero el primer revés llegó cuando juez de Control sólo otorgó la mitad, y estableció el plazo que vence el próximo 3 de diciembre.

Tras la resolución, el MPF, así como los representantes de Pemex y de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF) se unieron para solicitar que se declare cerrada la etapa de investigación complementaria, con el argumento de que los documentos que alude la defensa para solicitar el plazo adicional, ya se encontraban en la carpeta de investigación.