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Juega tenis de mesa con la boca y sorprende a sus rivales

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AGENCIAS

“Nunca te rindas en la vida”. Ese es el lema de Ibrahim Elhusseiny Hamadtou, deportista egipcio que, sin brazos, ha logrado convertirse en uno de los mejores jugadores de tenis de mesa paralímpico compitiendo con la pala en la boca y disputando cada pelota con el movimiento de su cabeza.

Hamadtou (Dumyat, Egipto; 1973) afronta en Tokio su segunda participación en unos Juegos Paralímpicos tras su concurso en Río de Janeiro. Allí, en la ciudad carioca, sorprendió al mundo con su manera de jugar.

El tenista de mesa egipcio se pone la pelota en el pie, la eleva a media altura y, con el gesto de su cabeza, la manda al otro lado de la mesa para tratar de ganar a sus rivales. Es su forma de jugar y también su forma de mostrar al mundo que, pese a su discapacidad, no hay barreras que se lo impidan.

En 1983, a los diez años, tras un accidente de tren, perdió los dos brazos y su vida cambió, pero, lejos de venirse abajo, hizo frente a las adversidades para salir adelante.

“En nuestro pueblo solo había dos deportes a los que poder jugar, tenis de mesa y futbol. A mí me gustaba más el futbol, pero un día cuando estaba viendo un partido de tenis de mesa con dos amigos, en un momento en el que no estaban de acuerdo, yo intercedí. Fue entonces cuando uno me dijo ‘cállate, que tú nunca podrás jugar’. Esa frase se revolvió en mí y fue la que me impulsó a jugar a este deporte”, confiesa Hamadtou.

La dificultad de practicar este deporte tan técnico y en el que hay que usar las extremidades superiores fue un hándicap al principio. De hecho, probó de diferentes formas “hasta dar con la tecla”, como relata.

“Lo primero fue jugar con la raqueta debajo de la axila, pero me resultaba muy difícil. Tiempo después probé con la boca y ahí sí que mejoré. Encontré una forma muy efectiva para devolver rápido y preciso la pelota”, comentó.