Tabasco

Mujeres más propensas a sufrir hipertensión arterial pulmonar

COMPARTIR

Se estima que hay 2.4 casos por cada millón de habitantes y con relación al género, son 4 mujeres por 1 hombre1
 

SARA AMADOR VERA/EL EDÉN MX

La hipertensión arterial pulmonar es una enfermedad grave, poco frecuente y de difícil diagnóstico, que puede tener un pronóstico terminal si no se la diagnostica y trata oportunamente.

Mañana domingo, 5 de mayo se celebra el Día Mundial de la Hipertensión Pulmonar, y en el marco de esa celebración profesionales de la salud y representantes de la Asociación Mexicana de Hipertensión Pulmonar A.C. se reunieron para informar y sensibilizar a la población sobre la realidad, impacto y necesidades de los pacientes que sufren de esta enfermedad, la cual es frecuentemente mal diagnosticada o confundida con otros padecimientos.

La hipertensión arterial pulmonar (HAP) es una enfermedad crónica, progresiva, grave pero poco conocida, que se caracteriza por el aumento de la presión en las arterias pulmonares. Las mismas se vuelven más estrechas y hay menos espacio para que circule la sangre, pudiendo dar lugar, si no se la diagnostica y trata a tiempo, a una insuficiencia cardíaca, una de las causas más frecuentes de muerte en este tipo de pacientes.2

Si bien, hasta el momento no tiene cura, novedades terapéuticas en este campo permiten controlar la enfermedad, mejorar los síntomas, detener el progreso y mejorar la calidad de vida de las personas que la padecen.

Las personas que sufren de hipertensión arterial pulmonar se fatigan ante situaciones cotidianas. Estos síntomas se agravan con la progresión de la enfermedad y se presentan con mayor frecuencia a medida que avanza. Este padecimiento incapacita paulatinamente a los pacientes quienes dejan de llevar una vida normal para permanecer en estado de reposo permanente. 

Al respecto, el Dr. Tomás Pulido, jefe de departamento Cardio neumología en Instituto Nacional de Cardiología “Ignacio Chávez”, aseguró que la hipertensión arterial es difícil de identificar en su estadio inicial, dado que los síntomas son similares a los de otras enfermedades cardíacas y pulmonares por lo que es común que se confunda.

“Por ejemplo, para identificar esta enfermedad, entre los primeros síntomas y más importantes es que una persona que hace ejercicio se quede sin aliento y tenga la sensación de que no puede inhalar el suficiente aire”.

El especialista en cardiología añadió que a medida que la enfermedad progresa, pueden ir apareciendo otros síntomas como: fatiga, mareos o episodios de desmayos, presión o dolor en el pecho, hinchazón en los tobillos y piernas e incluso con el tiempo, en el abdomen, color azulado en los labios y la piel, pulso acelerado o palpitaciones del corazón; por lo que las actividades cotidianas del paciente se limitan y afectan considerablemente su calidad de vida.

Pese a que puede presentarse a cualquier edad es más frecuente en mujeres de entre 30 y 60 años, siendo 4 casos de mujeres por 1 caso en el varón.1

La enfermedad puede producirse por causas desconocidas o hereditarias; asociarse al uso de ciertos medicamentos para adelgazar o drogas ilegales como las metanfetaminas o a anomalías cardíacas presentes al momento del nacimiento; también puede ser presentada por pacientes que padecen otras enfermedades como trastornos del tejido conjuntivo (esclerodermia, lupus), infección por VIH o enfermedad hepática crónica (cirrosis).3

La detección temprana de esta enfermedad conlleva mejores resultados en su tratamiento. Sin embargo, es una enfermedad difícil de diagnosticar, desde el inicio de los síntomas hasta su diagnóstico se suele tardar, aproximadamente, cuatro años2, dado que sus síntomas son inespecíficos (dificultad para respirar, mareos y fatiga) y pueden confundirse con otras enfermedades más frecuentes, como el asma, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) o la apnea del sueño.