Con el corazón pintado de verde, blanco y rojo, la capital tabasqueña vibró este 16 de septiembre con el tradicional Desfile Cívico Militar conmemorativo de un aniversario más del inicio de Independencia de México, en donde el legado de orgullo y fervor patrio de nuestra identidad mexicana se hizo presente en las nuevas generaciones de tabasqueñas y tabasqueños.

Desde muy temprano, contingentes de instituciones educativas y corporaciones de seguridad se dieron cita en el primer cuadro de la ciudad para rendir homenaje a los héroes que forjaron la libertad de la nación, en la primera transformación.

A las 8:00 de la mañana, tras la impecable presentación de las fuerzas de seguridad estatales y federales, el momento más tierno y aplaudido llegó con la participación de los contingentes infantiles de nivel inicial y primaria. Con paso firme, banderitas en mano y rostros iluminados de emoción, las niñas y niños dieron vida a escenas históricas con trajes típicos y caracterizaciones de los próceres de la patria.

Uno de los más ovacionados fue el pequeño Iker, quien encarnó al ‘Padre de la Patria’, Miguel Hidalgo y Costilla. Orgulloso de portar la sotana y la campana, expresó que para él era un honor representar al iniciador del movimiento independentista. “Me siento feliz porque es la primera vez que participo en un desfile y quiero seguir haciéndolo cada año”, compartió con una sonrisa nerviosa pero entusiasta.
Por su parte, la pequeña Ana Laura Martínez, vestida como Josefa Ortiz de Domínguez, robó miradas con su porte y la emoción de representar a una de las grandes heroínas de la historia. Su padre, el señor Carlos Alexander Martín destacó que, más allá de la vestimenta, lo importante es que desde pequeños comprendan el valor de quienes dieron todo por un México libre y justo.
Otro personaje histórico que marchó fue Ignacio Allende, interpretado por el niño Julián Rosas, del kínder Josefina de los Santos. Ataviado con el tradicional uniforme azul, Julián mostró disciplina y seriedad en su papel, arrancando aplausos entre los asistentes.
El desfile se engalanó también con la presencia de niñas vestidas de adelitas, portando trenzas, rebozos y rifles de utilería que evocaban la fuerza femenina en la lucha por la independencia. Entre los contingentes, el ambiente se pintó de los colores patrios que ondeaban en cada esquina: verde, blanco y rojo, colores que jamás pasan de moda.
La señora Marisol Hernández, madre de familia, aseguró que la inclusión de estudiantes en este tipo de actividades por la Secretaría de Educación, son fundamentales para inculcar en los niños el amor a México y fortalecer el sentido de identidad: “Que sepan desde temprana edad por qué celebramos el 16 de septiembre, que reconozcan a los héroes y que valoren la libertad que hoy tenemos”.
En conjunto, los padres coincidieron en que este desfile no solo representó un acto cívico, sino también una lección viva de historia y un recordatorio de que el legado de la independencia sigue latiendo con fuerza en el corazón de las nuevas generaciones.